Butifarra, elaborada en Aragón
La butifarra cocida, elaborada en Aragón, es uno de esos productos que hablan de tradición, de fuego lento y de buen gusto. Hecha como se ha hecho siempre: con carne de cerdo de primera, especias naturales y un proceso de cocción que respeta cada ingrediente. El resultado es un embutido suave, sabroso y listo para disfrutar en mil formas. De los que unen generaciones alrededor de la mesa.
- Calidad tradicional: Elaborada con magro de cerdo seleccionado, panceta, sal y especias. Cocida lentamente para lograr una textura tierna y un sabor que recuerda a las cocinas de antes. Sin gluten, sin lactosa y sin complicaciones. Solo ingredientes de confianza y un saber hacer heredado.
- Versatilidad: Puedes disfrutarla tal cual, en frío, como fiambre, o calentarla ligeramente en sartén, horno o parrilla. Funciona como entrante, como tapa o como protagonista de un buen plato de cuchara. También queda deliciosa en bocadillos calientes o acompañada de legumbres, puré de patata o verduras salteadas.
- Sabor auténtico: Esta butifarra es un clásico por una razón: su sabor suave, pero profundo, lleno de matices gracias a la mezcla de carne de calidad y especias tradicionales. Tiene ese punto que recuerda a las recetas de los abuelos, sencillas pero inolvidables.
Tradición que se saborea
Un embutido noble, sin prisas, como se ha hecho toda la vida, para los que valoran el sabor real de los platos de antes.
Sugerencias de uso: corta la butifarra en rodajas gruesas y saltéala en la sartén hasta que esté ligeramente dorada por fuera. También puedes calentarla entera en el horno con un chorrito de vino blanco o acompañarla de unas judías blancas estilo catalán. Si la sirves fría, va genial con pan de pueblo y aceitunas negras.
- Peso: 300 gramos (aproximadamente)
- Vida útil: 35 días
- Cocinar antes de su consumo
- Conservación: entre 0º y 4º C. Una vez abierto debe consumirse antes de 48 horas
- Alérgenos: No contiene
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